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¿Cómo afrontar las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años?

Publicado en 14 marzo, 2016

El acceso a la universidad para mayores de 25 años suele presentar algunas peculiaridades a tener en cuenta. Fuera de lo que manda la norma para la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años que comentaremos más adelante, existen algunos factores de base que preocupan a quienes están pensando en dar este paso en sus vidas.

A nivel personal o humano, volver a las “aulas” es complejo. Desde que nace la idea, ya sea  porque algún conocido lo recomienda o porque simplemente encuentran una sugerencia que les llama la atención, las personas empiezan a generar de forma natural, barreras. Estas barreras que se fundamentan en el temor y a veces, la vergüenza, no deben dejar de mirarse con atención porque pueden impedir un importante desarrollo en la vida profesional y privada de quien se atreve a sobrepasarlas. Desmitifiquemos algunas de las ideas que dan forma a estas “barreras”:

“Ser mayor de 25 significa que se han agotado las oportunidades de crecimiento profesional”. A partir de cierta edad, por la estructura con la que crecemos en nuestras sociedades, parece imposible encaminarse en un proyecto de estudios. Aunque está mal visto por algunas personas, o parece una tontería hacerlo, es quizás la mejor edad para emprender estudios, pues las bases de la personalidad ya están bien instituidas en la persona y por tanto, se aprovecha mucho mejor el tiempo y se aprecia con otros ojos la oportunidad de saber más, de entender ciertas cosas que antes no se podían entender y de ampliar los horizontes. Es común ver cómo las personas, cuánto más mayores son, se toman más en serio sus estudios, incluso cuando ya no son un instrumento para salir adelante. Se confirma así que cuando se hacen las cosas con verdadera motivación interna, como por ejemplo, las pruebas de acceso a la universidad, los resultados son más que positivos.

“Los mayores de 25 no ‘pegan’ en las aulas de los más jóvenes”. Algunas personas que han superado cierta edad, se sienten avergonzadas de volver a estudiar. Incluso en los casos de cursos online, muchos intentan no mostrar su edad por temor a ser juzgados o alejados del grupo. Es legítimo creer que esto puede suceder pero la realidad es otra muy distinta, pues la mayoría de jóvenes se sienten inspirados por estas personas.

“Los contenidos a aprender en el curso, seguramente ya los conozco” . En ciertos casos puede pasar, pero no es del todo cierto pues incluso lo que ya se sabe por experiencia laboral, al volver a repasarlo, puede ser visto desde una perspectiva más enriquecedora.

No voy a poder estudiar como antes, he perdido la práctica y otros tantos prejuicios impiden que los mayores de 25 años se presenten; pero quizás el más fuerte sea el temor a las pruebas de acceso.

¿Cómo afrontar una prueba de entrada a la Universidad?

1. El primer paso, seguramente sea el de desterrar todas las ideas anteriormente descritas y otros prejuicios que resten confianza a la persona ya que lo más importante ante cualquier tipo de prueba es contar con una total integridad y confianza en uno mismo.

2. A continuación, se debe intentar conocer bien todos los requisitos que se piden para poder acceder a las pruebas. Investigar en la web, llamar por teléfono a la Universidad que imparte el curso que se desea seguir, intentar conocer a personas que ya han concluido dicho camino, etc. En general, a los exámenes de acceso para mayores de 25 años, se pueden presentar las personas que no tengan titulación académica y que cumplan con la edad de 25 años -cumplidos o por cumplir en el año natural de la celebración de las pruebas-. Cabe mencionar que si la persona ya tiene un título universitario, conviene evaluar otras rutas de acceso a la Universidad para obtener un segundo título, vías que suelen ser más simples y que no requiere pruebas.

3. También conviene enterarse de las fechas de convocatoria para la prueba con antelación para poder preparar los exámenes y evitar contratiempos o prisas. Normalmente las convocatorias se realizan una vez al año, aunque en ciertos centros esto puede variar. Lo mejor: preguntar con tiempo.

4. A continuación conviene entrar de lleno en los contenidos de las pruebas que se pretenden afrontar. Si el temario de contenidos o la estructura de la prueba parece muy compleja, puede ser conveniente realizar un curso de preparación para las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años. Estos cursos pueden servir de preparación general o como un medio eficaz para ganar la confianza suficiente para presentarse a los exámenes. También sirven para preparar al alumno a grados que presentan un alto grado de complejidad; pensemos en la persona que, después de muchos años trabajando en el sector industrial, desea cambiar totalmente su rumbo y adentrarse en el sector de la salud. Es interesante revisar la posibilidad de los cursos de preparación para todos los casos, pero especialmente si han pasado muchos años desde que no se estudia o si el contenido del curso deseado es desconocido por el candidato. Cabe mencionar que la memoria puede fallar después de tanto tiempo y es mejor prevenir e ir tranquilo que fracasar y desanimarse, perdiendo así una gran oportunidad de crecimiento.

5. Es bueno tener toda la información sobre los exámenes para saber con exactitud qué nos vamos a encontrar al momento de realizarlos. En este sentido, las pruebas para mayores de 25 años suelen tener dos partes o dos fases: la fase general y la específica. A continuación explicamos brevemente qué las diferencia:

Fase General
La fase general es una conjunto de pruebas que tienen como objetivo apreciar la madurez de los candidatos, ver si son capaces de seguir éxito los estudios universitarios, evaluar su capacidad de razonamiento y de expresión escrita, etc. Estas pruebas son por lo general, sencillas y normalmente no generan mucha duda entre los aspirantes. Se componen de un comentario de texto, un test de lengua castellana y otro de lengua extranjera a elegir entre inglés, francés, alemán, italiano y portugués.

Fase Específica
La fase específica de la prueba tiene por finalidad valorar las habilidades más específicas del candidato y, a diferencia de la prueba de la fase general, estos ejercicios sí tienen vinculación con la rama del conocimiento a la que pertenece el grado elegido. Por tanto, para hacer las pruebas de la fase específica, el candidato tiene que seleccionar una de las siguientes ramas de conocimiento:
a) Artes y humanidades
b) Ciencias
c) Ciencias de la salud
d) Ciencias sociales y jurídicas
e) Ingeniería y arquitectura

Dentro de cada rama, existen materias variadas y el candidato elige dos de ellas, según lo que ofrece cada centro educativo. Luego, sobre los ejercicios, es conveniente tener una idea amplia de cada materia, pues al momento de la prueba de acceso a la universidad, se debe elegir entre dos opciones de ejercicio. Es conveniente ir preparado para no fallar en la prueba aunque, sin duda, con una previa preparación básica, se puede conseguir un buen resultado que permitirá continuar los estudios elegidos.

En conclusión, el éxito en las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años se consigue con un poco de esfuerzo, confianza, mucha calma y constante preparación mental. Esperamos que este post te haya sido de ayuda para animarte a iniciar un curso. Recuerda que siempre puedes acceder a nuestra web para conocer nuestra amplia oferta formativa.

 
 
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