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Plan de formación para la empresa, aumento de beneficios

Publicado en 10 abril, 2015

Elaborar un plan de formación para la empresa aumenta los beneficios de la misma. Pero tranquilo, si aún no cuentas con uno o sencillamente no sabes de qué estamos hablando, no te lleves – por el momento – las manos a la cabeza. Porque hoy te vamos a contar en qué consiste elaborar un plan de formación para la empresa y los pasos necesarios que lo conforman.

 

¿Qué es un plan de formación para la empresa?

Un plan de formación para la empresa tiene como fin ser una guía de diferentes pasos que van desde la detección de necesidades hasta la evaluación del impacto. La elaboración de un plan de formación para la empresa contribuye al desarrollo de las personas y a la mejora de su desempeño profesional.

 

Diseñar el plan de formación para tu empresa

Para llevar a cabo la gestión integral del plan de formación de la empresa, se recomienda seguir una serie de pasos, cinco concretamente, que serán los que lleven desde la detección de necesidades hasta la evaluación del impacto:

 

1) Analizar la situación de partida

El primer paso a la hora de poner en marcha un plan de formación para la empresa es realizar un diagnóstico de la situación de la misma con relación a los retos a los que hará frente a corto y medio plazo. Además de los retos, también han de tenerse en cuenta los obstáculos o dificultades que se interpongan en el desarrollo del plan de formación para la empresa.

En este paso se llevará a cabo un análisis de los factores externos e internos que caracterizan a la empresa, los cuales serán considerados positivos (de éxito) o negativos (de riesgo) en la medida en que contribuyan a dos factores:

  • La supervivencia de la empresa y la mejora de su competitividad
  • La implantación de un plan de formación para la empresa.

 

2) Diseño de un plan de formación

El siguiente paso a la hora de elaborar un plan de formación para la empresa será transformar las necesidades identificadas en el paso anterior en formación, gracias a la cual se generarán en la plantilla las competencias necesarias para solucionar los problemas detectados previamente. Esta tarea de diseño se llevará a cabo a lo largo de tres fases:

  • La primera fase será la identificación de las necesidades formativas, estableciendo la diferencia entre la forma en que se desempeña el trabajo y la forma en que se debería desempeñar, de manera que se gane en eficacia y en eficiencia. Podrá realizarse mediante la realización de preguntas directas sobre las necesidades de formación a los empleados, a los representantes de los mismos, a los sindicatos utilizando cuestionarios, entrevistas, reuniones, etc. También se pueden analizar otros datos de la empresa como son los informes sobre accidentes de trabajo o de absentismo laboral, estudio sobre la competencia, etc. Ello conllevará a extraer conclusiones acerca de las necesidades existentes y, por ende, configuren la elaboración de un plan de formación para la empresa.
  • En la segunda fase tiene lugar la determinación de las competencias a desarrollar. En ella se deberán reflejar conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes necesarias para el desarrollo de un trabajo efectivo y de cualidad – y que son las que se esperan de los empleados en plantilla. Pueden resumirse en tres: saber (adquisición de conocimientos), saber hacer (desarrollo de actitudes) y saber ser (adquisición de habilidades).
  • La tercera fase es la de los objetivos formativos, para cuyo cumplimiento deberá seguirse una metodología donde se tengan en cuenta aspectos como los objetivos generales de la empresa; concretar las capacidades observables y medibles, detallando los resultados de dicha ejecución; formular los objetivos de la formación, según criterios de homogeneidad de las capacidades que reflejan la cualificación deseable. Los resultados de este proceso harán referencia a las capacidades a desarrollar en la plantilla para alcanzar el nivel de cualificación deseado y afrontar los retos futuros.

 

3) Gestión e impartición de la formación

A la hora de planificar el plan de formación de la empresa han de tenerse en cuenta diferentes aspectos como por ejemplo:

  • Conocimientos teóricos y prácticos a impartir
  • Qué trabajadores de la empresa interesa más formar
  • Número de alumnos que serían
  • Período del año más conveniente
  • Duración máxima de los cursos atendiendo a necesidades de producción y de conciliación con la vida profesional y personal así como el horario más adecuado y lugar de impartición.

 

4) Evaluación de los resultados

En este paso se pretende medir el grado de adecuación entre los objetivos formativos y los resultados obtenidos resultantes de la gestión e impartición de la formación, atendiendo al desarrollo a dos criterios:

  • El plan de formación para la empresa
  • Los resultados de las acciones formativas.

En función de los objetivos perseguidos, los indicadores podrán ser cuantitativos (número de participantes, número de acciones formativas …) o cualitativos (elección de formadores, contenido de las acciones…). Los principales indicadores para la medición de las acciones formativas son cuatro: satisfacción, aprendizaje, transferibilidad y retorno de la inversión (ROI).

 

5) Resultado final y seguimiento

En este último paso del plan de formación de la empresa se tendrán en cuenta los aspectos siguientes:

  • Eficacia de la formación
  • Evaluación del aprendizaje
  • Rentabilidad de la formación
  • Mejoras en el plan de formación

 

Una vez estudiados todos estos aspectos, se podrá volver de nuevo al diseño de futuros planes de formación, incluyendo en ellos las mejoras que se hayan considerado oportunas.

 

Carecer de un plan de formación es sinónimo de oportunidad perdida

Con cierta frecuencia – más de la recomendable -, no se cuenta con un plan de formación para la empresa alegando razones tales como la falta de tiempo suficiente y necesario para ello, la falta de personal cualificado que se encargue de ello, o por desconocimiento sobre cómo hacerlo. Sin embargo, carecer de un plan de formación para la empresa significa dejar pasar una oportunidad excelente para el aumento de los beneficios. La puesta en marcha de un plan de formación para la empresa favorece el aumento de la productividad, la seguridad en el trabajo, se optimizan los procesos, mejora la relación con los empleados … logrando, consecuentemente, el aumento notable de los beneficios.

El diseño de un plan de formación para la empresa debe adecuarse a cada organización, atendiendo sus necesidades concretas, proponiendo mejoras y acciones conectoras en caso de ser necesarias, con el objetivo de conseguir las metas marcadas. Además, existe la formación bonificada como la que ofrece EducaciOnline siguiendo la modalidad de e-learning. En ellas, las ventajas de la formación bonificada son tanto para empresas como para empleados.

En definitiva, contar con un plan de formación para la empresa y los empleados es una actividad que contribuye al crecimiento y a la mejora competitiva de la misma. De ahí la importancia de que dicha formación sea objeto de un plan de formación donde esté considerada como un proceso continuo, meditado y planificado siguiendo unos objetivos concretos y unos plazos.

 
 
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